Wednesday, June 10, 2009

6 Meses en Africa

Llegaron las lluvias y con ellas la invasión de las libélulas y las hormigas africanas. Después de haber pedido tantas veces algo de lluvia para estas tierras semiáridas, debo confesar que ahora tengo sentimientos encontrados. Para empezar, cuando digo invasión, me refiero a INVASIÓN… son miles, ¡millones!… he visto hormigueros del tamaño de un árbol! Y si uno descuida un segundo su comida, probablemente la veas pasar levitando sobre el suelo. Luego, la misma tierra polvorienta y rojiza que tragaba cada vez que venía un ventarrón o pasaba un carro, se ha convertido en una tierra negra, fangosa, súper fértil. No hay ningún problema con eso, el problema está en que toda Kenia se ha convertido en un pantano. La única forma de salir es con botas de jardinero y uno no sabe en qué condiciones llegará porque las caídas en pantanos son súper frecuentes (se los digo yo). El primer día parecía Bambi aprendiendo a caminar, ahora parezco un soldado vietnamita. Por cierto, ¿qué será de la vida de las lavadoras? No pensé que las extrañaría tanto hasta que llegó la temporada del lodo.

Ya tengo más de 6 meses en África, en realidad es bastante grato permanecer en un lugar durante suficiente tiempo como para ver cómo van cambiando sus caras y cómo todo florece y se pone de un verde distinto al que estoy acostumbrada.

Ya sé que he estado desaparecida y se debe principalmente a que en África todos los días mi vida da un vuelco 360 grados y no sé por dónde empezar a contar. Lamento lo largo pero, a petición del público, hay mucho que contar. Como saben mi visión del mundo es tragicómica, y creo que esta entrega (ya comienzo a creerme lo de “reportera”) me salió más trágica que cómica, pues voy perdiendo la apatía, la imparcialidad o la indiferencia de un turista y tengo mucho que cuestionar a esta cultura.

La otra razón de por qué estoy tan perdida es porque esto de vivir en un ambiente rural tiene una contraparte enorme en cuanto a servicios básicos: cuando hay luz, no hay internet, cuando hay Internet, no hay laptop, ni luz, ni agua, ni cable y debo racionar mi pila del blackberry, ustedes comprenderán.

Les cuento que al tercer mes, Kenia comenzó a ser lo peligrosa que esperaba antes de venir a África, pero por alguna razón no se había manifestado antes.

Todo comenzó una noche a las 11pm cuando ya estaba lista para dormir. Tuve una visita inesperada en el jardín de mi casa, el evento del negro en mi ventana fue superado… Fue un sonido espeluznante, oía como algo intentaba comerse los pollos y las gallinas que duermen justo debajo de mi cuarto... ¡una hiena!... la verdad es que para mí, la hiena es el guasón de los animales salvajes. Lo cierto es que el incidente no pasó a mayores... solo sirvió para entender por qué los Kenianos se autoinducen un toque de queda todas las noches a las 9pm y a las 10pm ya duermen plácidamente.

Al tercer mes también, tomé la decisión de dejar de comer. Sucedió un día cuando les compré carne a mis niñitos (cosa que para el momento era un lujo al cual no estaban acostumbrados). Como era de esperarse, los 25 angelitos se transformaron en 25 cavernícolas y se abalanzaron a comer su porción y saborear sus huesos, pero en medio del revuelo, Mturi, uno de mis preferidos, se quedó viendo su pedacito, como idealizándolo. Ya se disponía a comerlo... tenía la boca abierta como un león, listo para saborear su porción de carne con un gusto! Pero sus ojos se encontraron con los míos, me vio las manos vacías y, sin dudar, cerró la boca sin probar bocado, vino caminando hasta mí y me extendió el brazo dándome el pedacito de carne con una sonrisa conmovida.

El tiempo se detuvo... Le di un beso y se lo devolví. Significó demasiado, allí estaba este huerfanito dándome lo que no tenía. La vida me dio 2 cachetadas... porque uno cree que es buena gente con venir a África y dar un poco de lo que a uno le sobra. Yo confieso que si hubiese sido él, hubiera dicho "que se las arregle la Mzungu, ella tiene con qué comprarse su propia carne (glu, glu, glu)".

Así fue como decidí dejar de comer. Pasaron 2 días y no probé bocado. Ya estaba casi completamente convencida de mi asombroso poder mental, cuando me enteré que tenía fiebre tifoidea y la falta de apetito era solo un síntoma de la enfermedad.

Apareció el segundo temido peligro: alguna extraña enfermedad africana. Acoto que el dengue es peor, me ha dado 2 veces y las dos pensé que me moría. Con la fiebre tifoidea el malestar físico fue mucho menor que el psicológico... Saber que a pesar de tomar todas las previsiones, la presencia de la fiebre tifoidea es tan común en esta cultura, que la gente la ve como normal, como no dándose cuenta de que están tomando alimentos contaminados por heces fecales (con pupú COÑO!). Pues bien, desde que llegué les puedo decir que he añadido a mi lista de extraños alimentos probados: avestruz, cocodrilo y pues claro, agua con pupú!.

Así fue como conocí el sistema de salud Keniano. El hospital de Nairobi no es tan malo, a decir verdad, parece una clínica privada venezolana, claro que esto no es ningún halago. De resto, cualquier dispensario médico es como para ponerse a llorar. Ni hablarles de los laboratorios... es una cosa manual, con un poco de potecitos que se mezclan al ojo por ciento y sin guantes en frente del paciente y gualá! "Usted no tiene malaria, usted tiene fiebre tifoidea". Por otra parte, si bien hay opciones de atención médica gratuita para la población, la gente se muere sin atención, por no tener dinero para el pasaje en matatu, que puede costar menos de un cuarto de dólar. O, lo que es peor, la gente se muere porque se acostumbra a vivir con síntomas y aguantar el dolor, y no perciben la necesidad de recibir atención médica. Es como si sus vidas no valieran la pena ni la diligencia. En medio de la confusión cultural, me tocó hablarle fuerte a la comunidad y sensibilizarlos en relación a que no pueden vivir como animales.

La deficiencia en los servicios básicos es una limitante para cualquier intento de desarrollo. No hay ríos lo suficientemente caudalosos para represar y surtir de agua a toda Kenia, y en muchos países de África. Esto se traduce en que la electricidad sufre severos racionamientos en el periodo de sequía y en que no hay tuberías de agua potable que conecten al país, ni hablar de un sistema de cloacas. La clase media y alta tienen a veces la suerte de cavar un pozo de agua que es casi impagable en esta economía. Los pobres están destinados a comprar un poco y racionarla, o caminar por horas al charquito más cercano. El impacto de no tener cloacas significa que tienes, en el mejor de los casos, que tener un pozo séptico al lado de tu casa, lo que significa tener por vecino perenne a una fuente segura de moscas, gérmenes y enfermedades. La enfermedad siempre estará allí, latente.

Tampoco hay un organismo que recolecte la basura, cada quien es encargado de quemarla en su casa, mientras que en sitios públicos, la tiran al suelo y ya se verá que se hace con ella. Tampoco hay suministro de gas por tubería. Se vende en bombonas creando un problema de seguridad.

En febrero Kenia estuvo en llamas. Un supermercado en pleno centro de Nairobi estalló en 1000 pedazos gracias a las bombonas de gas y mató a más de 50 personas. Una semana después, sucedió una de las peores tragedias en la historia de Kenia. Una gandola de gasolina se volteó en una carretera y 200 personas de la aldea más cercana, incluyendo muchos niños, decidieron convenientemente recolectar el chorrito gratis de energía que salía de la gandola con cubetas, para luego revenderla y alivianar un poco la lucha por sobrevivir esa semana. La guardia llegó media hora más tarde a acordonar la zona. Un habitante se molestó, sacó un fósforo, lo prendió y lo tiró al suelo. Ese fue el final de la aldea, que encontró la muerte de rodillas, arriesgando su vida para tratar de recibir algo gratis… lloré de la indignación… A ver Jaimito, ¿Cuál es el precio de una vida? ¿Un cuarto de tanque de gasolina?.

Por otro lado, la policía es inclemente: dispara y después pregunta. El único derecho civil plenamente instaurado es el derecho a desangrarse libremente en el pavimento (cuando hay). Pensé que estaba siendo extremadamente tajante al afirmar esto, hasta que la semana pasada la ONU realizó un reporte sobre Kenya criticando la brutalidad de la policía, incluso prácticas frecuentes de tortura.

Hace unos meses aparecieron los Mungiki, una especie de clan de mafiosos que comenzaron con una ideología religiosa que no entiendo muy bien que es (lo que no habla muy bien de su ideología) pero pasaron a realizar actos delictivos como forma de protesta. El hecho es que los Mungiki, ciudadanos al fin, comenzaron a aparecer muertos 1 a 1, día tras día... Todo el mundo sabía que era la policía. Una ONG llamada the Oscar Foundation comenzó a protestar por los derechos civiles de los Mungiki, en particular, su derecho a ser enjuiciados, a pesar de que fueran delincuentes.

La consecuencia lamentable fue que el director de la ONG resultó masacrado en su carro por 5 tipos armados. Todo el mundo sabía que fue la policía. A diferencia de Venezuela, ya la investigación está cerrando y los culpables pagarán, porque existe mayor independencia de los poderes públicos.

Lamentables realidades… no quiero entrar en polémicas políticas, pero sí les puedo decir que el nivel de conciencia en la población sobre los derechos humanos está en una etapa embrionaria, la gente no entiende sus derechos, por lo tanto no puede respetarlos ni hacerlos cumplir como es debido. En eso, los venezolanos al menos sabemos protestar. Les dejo para después mis reflexiones sobre el tribalismo, el infanticidio, la iglesia y la poligamia.

Por otra parte, les cuento que mi situación social ha ascendido de Mzungu a "extraña local". Llegó un momento en que la aldea se acostumbró a mí y dejaron de verme como turista. No sé si fue el hecho de que un día, haciendo compras en el mercado para el orfanato cargué irremediablemente 20 repollos en mi cabeza al estilo maasai, o 30kg de papas en mi espalda con una especie de cinta desde mi frente, cosa que primero produjo risa y después respeto en la comunidad. Pero cada tribu me adjudicó un nombre local. Los maasais comenzaron a llamarme Njoki o Naserian (alguno de los cuales significa algo relacionado con "sanadora"), los kikuyu decidieron llamarme “Wairimu”, un nombre local.

Por otra parte, mi inglés se ha africanizado notablemente, en lugar de "pork", ahora digo "poak", en lugar de "poteiro y tomeiro", digo "po-ta-to y to-ma-to" jajaja y cada vez me gusta más el reggaetón africano, el hip hop y R&B! Umbe-rella, ella… ella...

Después de recuperarme de la fiebre tifoidea, más nunca recuperé el apetito (excepto cuando Radha y Carlos vinieron a visitarme y me obligaron a comer), pero lo cierto es que he perdido como 8Kg y también todos mis pantalones, que ya no me sirven ni con cinturón.


El Orfanato

Primero, que nada, agradezco en el alma todas las ofertas de ayuda que me han dado, han superado cualquier expectativa, e incluso mi capacidad para responderles.

Si bien, después de intensos días de lucha, de incansables reuniones con el Ministro de la Infancia, la Directiva de Child Services, innumerables inspectores de salud, educación y de la infancia, de confrontar directamente a la directora (hasta que me expulsara de su hogar y del orfanato); el gobierno de Kenia me nombró Manager de Transición. La situación no fue nada fácil, tuve que lidiar con las amenazas de la vieja directora, su odio hacia mí y todas sus estrategias para seguir aprovechándose de los niñitos. Nos saboteó el agua, la electricidad, se robó los colchones, la comida, amenazó a los vigilantes, a mí, me mandó a seguir, cambió cerraduras, etc... En fin; una guerra muy sucia para la que no estaba preparada ni estaré nunca, porque no me da ni la maldad ni la imaginación para anticipar sus triquiñuelas.


Durante esos meses tuve que hacerle frente, prácticamente sola, a una epidemia de fiebre tifoidea (por las pobres condiciones de salubridad del orfanato, especialmente del agua), además de prácticamente todos los costos de manutención: comida, artículos de higiene, útiles escolares y medicinas. Intentamos sobrevivir y mejorar un poco el día a día, pero todos los proyectos a largo plazo tuvieron que ser pospuestos hasta que las condiciones estuvieran dadas. Tuve que suspender sus planes de donación porque no habían garantías de que lo que donaran iban a permanecer en el orfanato. Por otra parte, enviar cosas desde cualquier lugar del mundo occidental sale extremadamente caro, incluso para el que recibe, que tiene que pagar cierta suma para liberar los envíos. Todo pierde sentido cuando uno se da cuenta de lo barato que salen las cosas acá y que además están adaptadas al contexto.

Por ahora mi periodo de transición ha terminado, aun cuando no estoy satisfecha con los resultados y todavía tengo que seguir trabajando mucho por mis angelitos. Pero llegó el momento de moverme hacia nuevos retos, sin dejar de seguir trabajando (a distancia) por el orfanato. La despedida no ha sido nada fácil. Aun cuando he visitado al menos 10 orfanatos y 5 proyectos comunitarios, mi corazón pertenecerá por mucho tiempo a mis 25 niñitos de Nagolie Nkera.

Ellos comenzaron queriéndome con voracidad desde mi llegada, me halaban el cabello, los brazos, la ropa. Como todos los niños, probaban los límites conmigo para ver hasta dónde podían llegar. Eso fue cambiando con el paso del tiempo, se fue transformando en un cariño incondicional al ver que estaba y seguía allí. Sabían que cuando quisieran yo iba a estar lista para abrazarlos y brindarles cariño y se transformó en una mutua dependencia. Ellos me cambiaron poco a poco y yo los cambié a ellos. La verdad es que ha sido muy difícil separarme.


Nuevos Retos

Para comenzar con mis nuevos retos, estuve trabajando desde hace más de un mes en el diseño de un ancianato para presentarlo a la fundación de los Gates. Lo diseñé yo solita y me lancé una investigación espectacular. En África los ancianatos se cuentan con una sola mano y la situación de los viejitos es crítica, la generación del medio (los hijos de los viejitos) ha sido severamente golpeada por el sida, y en Kenia 70% de los huérfanos han sido dejados bajo el cuidado de los abuelos, quienes en lugar de descansar, tienen que mantener a sus nietos y a sus hijos enfermos, sin ninguna ayuda del estado, sin seguridad social, haciendo magia para producir y mantenerse sanos.

Es muy difícil llegar a viejo en África. En Kenia la expectativa de vida está alrededor de los 57 años. Ahora imaginen a los pocos que llegan a la vejez, se encuentran aislados y abandonados, pero no solo cargan con el peso de la vejez, sino que gracias al sida, ahora tienen que tomar el rol de cuidadores primarios de huérfanos.

Así que pensé que un ancianato en Kenia no tenía cabida sin un orfanato al lado. El proyecto dio un vuelco inesperado y en lugar de un ancianato creé un centro comunitario para los abuelos que aspira albergar 300 huérfanos y 200 abuelos, cuenta con escuela, clínica, iglesia, librería, taller para artesanía, huerto, etc... Está sustentado en la teoría de etapas de vida del psicólogo Erik Erikson, y el objetivo es integrar dos sectores muy vulnerables: huérfanos y ancianos, con necesidades complementarias.

Después de enviar el proyecto, esperando enamorar a los Gates, con el susto de que ya me habían dicho que ella era muy exigente y solo tenía 4 categorías para catalogar algo: Bad, Non acceptable, acceptable o Eloquent, además de considerar que el proyecto que ellos querían financiar era de 1MM$ y yo me inspiré de tal forma que termina costando más de 3MM$; estaba aterrada.

Recibí la respuesta en menos de una semana. La sorpresa fue que catalogó al proyecto como: "eloquent" jajaja, o sea que ha pasado a la segunda fase! Me sentí como si hubiese ganado un premio Nóbel! Jajajaj. Ahora les tengo que exponer el proyecto en persona en julio. He sido formalmente invitada al Maasai Mara para ello. Todo el combo familiar y de la fundación se pasan 3 meses en el Maasai Mara cada año y cierran el mejor resort-super lodge adentro del parque. Así que me toca ir, quedarme en el súper lodge, tener todos los safaris que quiera pagos, incluso el safari en globo!!! (Que cuesta 500$), y por supuesto discutir los detalles de cómo vamos a ejecutar el proyecto en vivo con estas personalidades. Ya les contaré del episodio.

Yo diseñé el proyecto ad honorem para que la ONG gringa Waltz Volunteer lo presentara y no esperaba más que la oportunidad de ver algo que salió de mi propia creación hecho realidad, de innovar en el modelo de cuidado a los ancianos africanos, y sobretodo, como psicóloga, desarrollar tecnologías para aumentar la calidad de vida de las personas… pero han surgido muchas oportunidades a raíz de todo esto.

Me han ofrecido trabajo formal como Fundraising and Project Designing Director para toda África. Y yo que me vine de filántropa!… Para el inicio de mi nueva carrera no está nada mal. El cargo lo hicieron a mi medida, con todas las cosas que me gusta hacer, especialmente para que aceptara la oferta y lo mejor es que puedo continuar con mi nomádica vida en África, ya que me van a enviar a Burundi, Ruanda, Namibia, Sudáfrica, Ghana, etc… a inspeccionar proyectos, introducir mejoras y diseñar nuevos! Eeeeeeehhhhh y en agosto me mandan a un seminario a Dubai donde el anfitrión es el príncipe nosequequé-tu-rahja y va la directiva de las ONG's más grandes de todo el mundo. Súper no?

Así que todos tenían razón: todo lo que se hace con el corazón y sin esperar nada a cambio genera frutos insospechados!!!

Por ahora iré a Caracas en diciembre, con el firme motivo de verlos, pero sobretodo de comer como un elefante y engordar mínimo 10 kilos, para ver si sobrevivo otro año en estas tierras. Es muy dura la vida aquí. Sobretodo extraño la comida. Todas mis comodidades puedo postergarlas por 1 año, pero no se por cuánto tiempo más. Ya veremos!

Les aviso cuando sustituya la navaja por un abrelatas genuino, ese será el indicador más válido de mi posible sedentarismo en estas tierras.

Por ahora, sigo prefiriendo trabajar con la pobreza extrema, sin agua potable, electricidad, ni cañerías, que con la pobreza con antena de DirecTV, pantalla plana y home theather.

Sigo prefiriendo los peligros invisibles (la malaria, la fiebre tifoidea y el sida) a la delincuencia venezolana.

Sigo prefiriendo una vida sin lujos, que gastar 1000bsF cada vez que entro a Zara.

Sigo prefiriendo estar aquí, que estar allá.

Sigo pensando que mi vida es como yo quiero que sea.

Besos y abrazos!

Disculpen si no les respondo como es debido. Sus mensajes me movilizan mucho y me dan muchos ánimos para seguir, pero a veces no sé como empezar a responder ni cómo encontrar el tiempo para hacerlo. Pero sepan que siempre los leo y me inspiran muchisisisímo. Muchas gracias!

Raquel Ruiz Tognetti
10 de Junio de 2009

Visiten www.waltzvolunteer.org y para los que quieran hacer voluntariado
en África, Asia y Medio Oriente, esta es una de las ONG’s más económicas para hacerlo.

Sunday, February 15, 2009

Los Huérfanos


Esto es algo que escribí para mis niños, cuando me enteré que teníamos una epidemia de fiebre tifoidea y los que me tenían que ayudar (la junta directiva) se hicieron los locos a la hora de prestar ayuda. Lloré como nunca, con mucha impotencia… pero todo pasa.

Dedicado a mis angelitos del Orfanato de Nagolie Nkera, Kajiado Kenia…
Ellos me han cambiado…
A ellos se los debo…

Escrito el 15 de Febrero de 2009
Un día después de descubrir una epidemia de fiebre tifoidea en el orfanato.

Los Huérfanos

Sueño con huérfanos
Sueño con huérfanos que tienen sueños.
Los que tienen sueños
son humanos

Hay toda clase de huérfanos
Los huérfanos de dinero
Los huérfanos de educación
Los huérfanos de familia
Los huérfanos de amigos
Los huérfanos de salud
Los huérfanos de oportunidades
Los huérfanos de coraje

Los huérfanos de sueños
Los huérfanos de esperanza

Pero no hay nada que se compare
a los huérfanos de valores;
los huérfanos de corazón

Los huérfanos de bondad
No tienen nada
Destruyen la esperanza,
los sueños, las oportunidades,
la familia, la salud, el dinero,
la educación, la paz;
convierten a los débiles en huérfanos

Pero un huérfano con
corazón, valentía y sueños
jamás podrá ser llamado huérfano
sin saberlo
lo tiene todo
lo tiene todo para triunfar

Los huérfanos de valores
en cambio
están destinados a ser huérfanos
el resto de sus vidas
Esos son los únicos huérfanos
los únicos que pueden ser llamados así

¡Dios bendiga mis niños!
De corazón solitario, pero puro
De sonrisa traviesa, pero transparente
De llanto constante, pero necesario
De mirada ansiosa, pero soñadora
ansiosa por sobrevivir
por crecer y cumplir sueños

Mis niños
De estómago vacío, pero de energía voraz
De bolsillo vacío, pero lleno de sueños
De salud cuestionable, pero de supervivencia asegurada
De manos vacías, pero dispuestas a construir
De cabeza ingenua e inculta, pero de buena intención
De pasado solitario, pero de futuro repleto de buena compañía
De pocas oportunidades, pero listos para aprovecharlas
De ropa sucia y rota, pero de corazón reluciente
De historia violenta, pero de corazón pacífico y tolerante
De postura humilde e insegura, pero ejemplar
De cultura escasa, pero de moral amplia
De pasado cobarde, pero de presente y futuro valiente
De corta edad, pero de corazón viejo

Dios protégelos como hasta ahora
No dejes que nadie crea que son huérfanos
Porque sin tener nada
lo tienen todo

No dejes que nadie les quite la creencia
de que pueden construir y lograr lo que se propongan
No dejes que nadie les quite sus sueños
y su buen corazón
Dales la fuerza para llenar al mundo de amor
como lo han hecho conmigo
Dales la fuerza cambiar al mundo
para transformar a los huérfanos de valores

Bendice a todos los que lleguen a su camino
con la intención de que puedan alcanzar lo que deseen
y que puedan llegar a ser
todo lo mejor que pueden ser.

Raquel Ruiz Tognetti
15 de Febrero de 2009

Thursday, January 22, 2009

En Kenia, aqui me quedo

En los últimos días he vivido lo que nunca pensé que iba a vivir:

He profanado huertos de ricos para recoger tomates y limones para mis niñitos…
Le he robado los tomates chimbos a las vacas de la directora (porque no es justo que las vacas tengan mejor comida que mis niñitos)… lo que faltaba en mi cv… ahora robo tomates…
He comido con las manos, he saboreado el juguito que queda en el plato y he roído huesos de carne y de pollo como un huérfano más…
He madrugado para caminar por una hora y media hasta la escuela de mis chamos, después de tomar el mismo desayuno que ellos toman (cuando hay)... solo para darme cuenta de lo mucho que caminan y que el desayuno no los llena para nada...
He jugado a ser "el niño Jesús y los reyes magos"…
He cargado y alimentado a un bebe tan desnutrido que pensé que se me iba a morir en los brazos…
He comido puré de cambur con caraotas para el desayuno y el almuerzo del mismo día…
He dormido en ranchos de zinc sin electricidad ni agua y con menos de 10 grados centígrados…
He visitado comunidades maasai enteras yendo puerta por puerta a convencer a los padres que tienen que dejar ir a sus hijos a la escuela y que yo puedo pagar la inscripción (que cuesta menos de 10$ al año)…
He sido la única mujer en un matatus acompañada por 20 musulmanes (a quienes ya les perdí el miedo por un simple proceso de inundación antifóbica)…
He cargado alrededor de 200 niños…
He llorado hasta quedarme dormida…
He reído hasta que me duela la panza y quedarme dormida…
He empezado a amar las lentejas que tanto odiaba en Venezuela y ahora empiezo a pensar que mi día es mejor si hay lentejas para el almuerzo, hasta salivo como el perro de Pavlov…
Me he comido el pollo o la cabra que acabo de ver degollar.
He perdido el miedo a andar sola por las aldeas y pueblos (en contra de todo pronóstico)… (aunque el chip paranoico venezolano lo sigo teniendo)
He regalado la ropa que llevaba puesta…
He aprendido canciones enteras en kiswahili (por cierto ya comienzo a entender y a hablar algo)…
He comenzado a sentir que la comunidad es mi familia, ya no tanto los voluntarios y ya tengo algunos amigos locales negros de pura cepa.
He visto reflejado a mi país en tantas cosas como la fijación con las peluquerías, paisajes, chozas, ranchos, los buhoneros que se montan en el transporte público para ofrecer extraños productos que no pasan ningún control de calidad al estilo de “buenos días damas y caalleros… yo vengo aquí a pedirles unos bolivitas pal café que no empobrecen ni enriquecen a nadie”… y he terminado concluyendo que el inconsciente colectivo jungiano existe… no hay otra explicación más plausible…
He sido la invitada de honor en al menos 10 casas donde han decidido matar al único pollo, a la única cabra para hacerme una cena especial…
Estuve a 5 metros de 20 hipopótamos lista para correr en caso de que alguno saliera del agua…
Le he dado tetero a una jirafa bebé… he abrazado cheetahs…
He recogido mi maleta (con mi laptop adentro) del medio de la carretera porque el mecate que la aguantaba se rompió cuando el matatus aceleró a 80km/hora…

He visitado un campo de refugiados sin que el nudo en la garganta me permitiera hablar, he dejado una parte de mi allí y he llorado como un bebé en mi casa abrazando una almohada…
He visto mi evolución desde la primera vez que me monté en un matatu con 13 personas (capacidad máxima permitida 14 personas) con mi nariz de lo más parada y casi xenofóbica pensando que iba a estar muy apretada… hasta hoy en día, que viajo con 25 parados y 25 de pie (entren que caben 100), cargando a 3 muchachos que no son míos, cachete con cachete, con unas gallinas, unas cabras, 3 maasais, 4 musulmanes, 2 hindús, etc…
He estado en medio de una tormenta de arena…
He despertado en medio de la noche porque un negro de 2 metros está asomado en mi ventana susurrando que lo deje entrar y que quiere hablar conmigo (hasta ahora el evento más escalofriante)…
He jugado bajo la lluvia con mis niñitos (solo ha llovido una vez desde que llegué)…
Me he echado por horas a ver las estrellas con ellos (en África las estrellas brillan más)
He tenido que hablarle a los feligreses en mitad de la misa…
He hablado con el Ministro de la infancia (por fin el ser Mzungu ha traído beneficios)…
He explicado mil veces que en Venezuela la gente no pertenece por defecto a una tribu…Todo el mundo se la pasa preguntándome que de qué tribu soy… qué pregunta más compleja… Chávez estaría deleitado y se encadenaría por horas… hablaría de Maisanta, Zamora, la negra Tomasa, Bolívar, los oligarcas, etc…. Yo les echo todo el cuento de que soy mitad italiana con mitad venezolana (lo que implica la mezcla de españoles, indios, negros esclavos, etc…) y terminan viéndome como un extraño fenómeno de circo o como la prima de Shakira… en serio alguna gente me ha preguntado si soy latina… no porque hayan conocido a una latina en África sino porque dicen que me parezco a Shakira, jaja… por supuesto que el pelo sponge estilo africano ayuda…
He ido por error a un burdel africano…
Me he acostado satisfecha por pensar que mis huerfanitos comieron tanto con el banquete de carne, frutas, chocolates y refrescos que les di que los chiquitos se quedaron dormidos cual borrachitos sin terminar de comer y sin poder pararse de la silla.
He sido orinada por un mono guindando de un árbol…
Por poco atropello a una cebra en la carretera…
He deseado tener 20 brazos para abrazar a todos los niñitos al mismo tiempo y que no peleen por tocarme…
He descubierto que el mejor juguete que pude traer a África fue mi pelo largo que casi llega hasta la cintura… los chamos no se cansan de jugar con él.
Me he reído cuando los chamos me ven las venas en los brazos y piensan que tengo una Nyoka (culebra) dentro del cuerpo… nunca han visto venas y no tienen la más mínima idea de para qué existen.
He caminado por campos sembrados de maíz que no dan ningún fruto desde hace 2 años debido a la sequía, he visto el hambre y la desesperación en la cara de sus dueños… inolvidable la cara de una mujer con sida que tuvo que entregarnos a su hijo porque no ha cosechado nada y no tiene con qué alimentarlo y enviarlo al colegio. Actualmente estamos en ESTADO DE EMERGENCIA por la sequía y escasez de alimentos, la gente se está muriendo de hambre. Además hay huelga nacional de maestros públicos… las aulas están vacías…

Pero lo mejor de lo mejor de todo, es que he empezado a cambiar para siempre la vida de mis niñitos y he conocido al menos 4 personas inigualables, pobres pero capaces de quitarse el pan de la boca para darle de comer a mis chamos, pobres pero con más riqueza mental y espiritual que el 95% de las personas que conozco... He formado un equipo de trabajo con ellos: una maestra, un cura, una cuidadora y un abogado... Y hemos creado una junta directiva paralela al orfanato para asegurarnos que no le falta nada a los chamos... Amo mi vida, amo las aventuras de cada día y no le digo que no a nada!!!

Cuando llegué acá pensé que mi trabajo estaría limitado a los chamos y sus actividades diarias, pero cada día me asombro de las dimensiones que esta experiencia está tomando… paso todo el día ocupada, planificando, organizando y trabajando con distintos sectores de la comunidad. La gente confía en mí, me abre las puertas de sus hogares, se deja ayudar y la verdad es que n
ecesitan tanta ayuda. Es el mejor lugar en el planeta para mí. Estoy completamente realizada.

La verdad es que yo nací para esto, para rebelarme ante las órdenes y reglas injustas. Basta con solo ver un abuso o una injusticia para que se me dispare toda la irreverencia y el cuestionamiento que hay en mi, para tener la claridad de discernir la mejor vía de acción, sin miedos y con mucha determinación. A pesar de mi dieta tan desbalanceada, me despierto con una energía voraz, dispuesta a comerme el mundo, a sobrellevar cualquier obstáculo, a hacer los sueños de esta gente realidad y de esta forma hacer los míos también. Nada más por las cosas que he vivido en estas semanas, les puedo decir que toda esta experiencia africana ya VALIÓ LA PENA!

No puedo irme de aquí… no todavía… se supone que debería irme la próxima semana a otro país, pero eso no va a suceder. Me enamoré de mi trabajo, de la gente, de mis niñitos, del futuro que estoy soñando para ellos, de mi nuevo estilo de vida y de quien soy y lo que hago en estas tierras.

Ya sé que me advirtieron que esto iba a pasar, pero nunca pensé que después de tanto tiempo que llevaba sin sentir que pertenecía a ningún lugar y a ninguna gente, iba a comprometerme por completo con algo, e iba a encontrarle el sentido a tantas cosas de manera tan fácil.

Pronto les contaré de los nuevos proyectos con los chamos. A todos los que quieran ayudar, les cuento que voy a necesitar muuuuucha ayuda y que los proyectos son espectaculares y harán la diferencia en la calidad de vida de los chamos.

Aquí estoy y aquí me quedo!!!!!

Raquel Ruiz Tognetti

22 de Enero de 2009